miércoles, 10 de octubre de 2012

1. Propón un título alternativo al siguiente artículo:

Ahora que está todo el silencio, la oscuridad invita a escribir.

 Hacía ya tiempo que no publicaba ninguna entrada. No es que no me apeteciese, es que simplemente no he encontrado el momento.

Pensaba escribir sobre el verano, todo lo que he hecho durante estos meses tan calurosos, sobre la acampada y sobre todo lo que vino después. Podría decir que ha sido una de las mejores acampadas de toda mi vida, donde he aprendido muchísimo y donde he descubierto grandes personas con sus enormes corazones. Podría decir que las barracas de Elche me han parecido una mierda y que las de Santa Pola tampoco han sido para tanto. Podría contaros que este verano he entrado en una discoteca de canis (otra cosa que olvidar) pero que no fue desastroso. Pero no lo voy a hacer. Hoy voy a escribir sobre amargas experiencias que me han hecho cambiar mi punto de vista sobre muchas cosas este verano, sobre todo en el amor.

Es miércoles, tras un no demasiado duro día de descanso, y no puedo dormir. Mi cabeza gira entorno a una misma cosa, el amor. Porque, ¿qué es el amor? Para mí el amor va ligado a una figura femenina pero, ¿qué hay de los demás? Para un homosexual no será así, como tampoco lo será para una mujer. Tampoco me enamora de una persona lo mismo que a otra, es decir, a mí me puede gustar de una chica su sonrisa, sus ojos, sus labios y sus gestos pero, a otro pueden gustarle sus manos o su pelo. ¿Qué hace que me atraigan unas cosas u otras?¿Son las reacciones bioquímicas que se generan al estimular algo en concreto? Prefiero pensar que no, que simplemente esa persona tiene algo diferente al resto.
Yo no sé cómo os podéis sentir cuando estáis enamorados pero sí como me siento yo. Cuando estoy enamorado, y digo enamorado de verdad, es una agonía. Sí, no me resulta placentero. Solo cuando estamos a solas y puedo acariciarla, besarla y olerla es cuando me siento bien, cuando la espera y la angustia dan sus frutos. Para mí el amor no es sinónimo de felicidad. No necesito estar enamorado para ser feliz, es más, me siento realmente yo mismo cuando no lo estoy, cuando no dependo de nadie y puedo preocuparme de mí mismo. Suena egoísta pero tras varios años sin dejar de salir de relaciones, algunas caóticas, te das cuenta de que eres tú por encima de todo y que solamente tú y los tuyos importan realmente.
Cuando estoy con alguien me sale la vena pastelosa que a más de uno le haría vomitar arco iris (sobre todo a mí si me pudiera ver en tercera persona), pero que no puedo evitar. Me vuelvo inseguro, a veces incluso celoso, y no me gusta. No soy yo y me hace pensar en cómo el amor actúa sobre mí.
El amor te cambia, y para muestra un botón. Pensad en las infidelidades, ¿perdonaríais alguna? Sé quien habrá que diga de entrada que no, y quien diga que depende de la infidelidad pero, ¿a caso una infidelidad no es una infidelidad, se produzca como se produzca? Pueden haber diversos factores que la lleven a producirse pero el final es el mismo: un engaño, una mentira, una traición. Es una falta a la confianza. Es entregarte a una persona y que a ésta le de igual. Por eso yo no perdonaría una cosa así. Me puedo poner de cualquier bando y en cualquiera lo vería mal. Lo he vivido en ambos bandos y no hay excusa que valga. No podría seguir con alguien que me ha propiciado un golpe así.
El amor ya no es lo que era. La palabra amor se utiliza hoy en día con demasiada frecuencia. ¿Dónde ha quedado el momento de conocer a una persona mediante el día a día?¿Dónde han quedado esos roces de manos que hacen estremecerte y sentir que se te va a desbocar el corazón?¿Y esa angustia de no poder dormir pensando en qué sentirá ella?¿Qué hay de ese primer beso en el portal cuando un día le acompañas y antes de despedirte te armas de coraje y arriesgas todo a un solo momento?
Todo se ha perdido o está a punto de hacerlo. Ahora la gente se conoce mediante el "¿oye, tienes tuenti?". Y se dicen te amo los unos a los otros llevando escasos un par de meses. La gente no pasea, no se besan fugazmente en los portales. Ellos quedan en casa de uno o en casa de otro y se magrean lo que pueden mientras sus padres no están. Atrás quedaron los roces de manos y el "me quiere, no me quiere", reemplazados por "a ver cuando me la tiro". Ahora estamos un día con una y un día con otra y a todas les llamamos "cariño", "mi vida" o "mi amor". Los valores del amor se están perdiendo y yo creo que es porque se confunde el amor con la pasión o la lujuria, que no siempre están necesariamente unidos. No me importa que una noche estemos con una y la noche siguiente con otra (aplicable a un mes con una y otro con otra), todo lo contrario, aprovechad mientras podáis pero no llamemos a eso amor. Sé que el amor es diferente para todos pero acordemos llamar amor al sentimiento de dejarlo todo por la otra persona, de no importarnos nosotros mismos mientras la otra persona esté bien. A ese sentimiento de respeto y complicidad. A esas conversaciones que son todo miradas.
Desde aquí hago un llamamiento para repoblar el amor como sentimiento y no como palabra. Desde aquí promociono todos esos momentos que ya no se dan. Desde aquí doy un voto positivo a esas parejas cariñosas que nos hacen sentirnos incómodos.

Hasta la próxima.

Keko.